El poder de la Epigenética

Me gusta mucho leer e investigar sobre temas de salud, un día me encontré con un concepto que no conocía: la epigenética, me enamore tanto de este concepto que sentí el deber de escribir sobre ello. Se ha demostrado por primera vez que la dieta y el estilo de vida de la madre durante el embarazo, pueden cambiar el ADN del bebé a través de un proceso denominado cambio epigenético, indican los estudios realizados por la Universidad de Baylor de Houston.

 

Los seres humanos somos una mezcla entre genes y ambiente, a la hora de concebir y formar  un organismo factores como la alimentación de la madre, el nivel de estrés, el consumo de cigarrillo, cafeína, la exposición de químicos pueden pesar tanto o más que la estructura genética con la que se nace.  La epigénetica es la disciplina que se dedica a estudiar los cambios heredables que no son consecuencia del ADN, sino del entorno en el que vive el embrión. Los procesos epigenéticos son los factores que hacen de intermediarios entre el medio ambiente de un organismo y su herencia genética. Todo lo ambiental impacta en nuestras células: lo que comemos, lo que bebemos, lo que respiramos, lo que nos ponemos en la piel, todo esto puede modificar la forma en que se expresan los genes de nuestros descendientes. Por decirlo en otras palaras la genética es el abecedario y la epigénetica es la ortografía.  Bastante profundo y digno de reflexión detenernos a pensar: ¿qué queremos que nuestros hijos hereden?

 

A su vez, otro estudio internacional dirigido por la Universidad de SouthHamton, en donde participaron investigadores de Singapour y Nueva Zelanda demuestran por primera vez que la mala alimentación en una mujer embarazada puede influir en el riesgo del niño de sufrir obesidad, los investigadores concluyen que la obesidad puede activarse en transcurso de la vida del niño, debido a las influencias que recibió en su entorno dentro del útero. 

 

La parte positiva y concluyente derivada de estos estudios, es que las madres tenemos el poder de modificar positivamente el genoma de nuestros bebes con hábitos de vida saludables durante el embarazo, por lo que desde muy temprano del desarrollo del embrión una mujer debe tener una dieta rica en vegetales de hojas verdes, lo que influenciara en cuán activos podrían ser los genes del niño en el futuro.  Adicionalmente el consumo de grasas saludables durante el embarazo, está directamente relacionado con el desarrollo cerebral y visual de nuestros bebés, específicamente el consumo del ácido graso Omega 3.

 

Como consecuencia de lo anterior, si actuamos positivamente podríamos cambiar lo que genéticamente  se “nos viene dado”, es decir, las herencias epigenéticas negativas heredadas pueden ser revertidas ya que son “dinámicas” y pueden cambiar a través del tiempo si desarrollamos un estilo de vida saludable.  Por lo tanto, el que nuestros hijos gocen de una buena salud esta nuestras manos. Nunca es tarde para pensar en dejar una buena parte de nuestra herencia en formar hogares más saludables inclinándonos por una alimentación más nutritiva, evitando alimentos procesados e incrementando el consumo de frutas y vegetales en nuestros niños. Experimentemos más en la cocina, y probemos nuevas proteínas vegetales, pues está comprobado que el incremento de este tipo de proteínas nos mantiene más sanos y previene enfermedades. Como padres, trabajemos en combinar una alimentación sana con el hábito de realizar alguna actividad física que les agrade, incrementemos las actividades al aire libre para reforzar su conexión con el medio ambiente, fomentemos en ellos el mantener relaciones personales saludables con sus compañeros y principalmente, eduquemos con el ejemplo hacia un estilo de vida más saludable. Nunca es tarde para cambiar, el poder está en tus manos.

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